En toda Navidad es necesario dar un paso adelante.
Que dejemos crecer a Jesucristo en nosotros;
con la piedad,
con todas las obras buenas que se hacen,
con todo lo que se hace durante el día.
Por intercesión de María y por la misericordia de Jesucristo,
se forma siempre más él en nosotros, hasta «la edad madura» (cf Ef 4,13),
según la palabra de San Pablo.
Cada Navidad es crecer, es crecer, crecer siempre.
Y el crecimiento es en proporción del calor espiritual:
de la fe siempre más viva;
de la voluntad siempre más dispuesta a la voluntad de Dios;
y el corazón orientado siempre hacia el Señor:
la gloria de Dios y la caridad hacia el prójimo.
El carácter que distingue la Navidad de otros acontecimientos,
es carácter de alegría, de gozo,
porque Jesucristo nace y crece realmente en nosotros.
El año nuevo
sea un año de crecimiento:
como se desarrolla la planta en germen,
hasta hacerse planta grande.
Y dará las hojas y los frutos de santidad.
Beato Padre Santiago Alberione a las Pías Discípulas
(cf APD 1964, 444. 446. 447)
Deseos de felices fiestas de Navidad
Hna. M. Micaela Monetti y hermanas del gobierno general