En el 95º aniversario
de la elección de las primeras dos chicas que darán vida
a las Pías Discípulas del Divino Maestro
Volver a comenzar no se da por descontado: es gracia, signo inequívoco de la solicitud de Dios por cada uno de nosotros. Y es en esta gracia del inicio que deseo celebrar con vosotras el evento del 21 de noviembre de 1923, cuando el Padre Alberione “pone a parte” para una misión específica a Úrsula Rivata y a Metilde Gerlotto: el retoño de nuestra Congregación en la Iglesia y en la Familia Paulina, como el brote de la higuera tierna, a cuya presencia, en la lectura sapiencial de los signos, se puede afirmar con esperanza: “El tiempo de los frutos está cerca” (cf Mc 13, 28).
De la Circular n. 4 de Sr. M. Micaela Monetti, Superiora general
Damos gracias al Señor por el magnífico don que nos ha dado a través de la fe heroica con que han respondido estas hermanas a la invitación de Jesús Maestro de seguirlo, amarlo y servirlo como Camino, Verdad y Vida. Y siguiendo su ejemplo y por su intercesión pedimos la gracia de elegir el camino del Evangelio en toda circunstancia de la vida.