La Palabra que el Señor nos da hoy nos recuerda que debemos confiar en Él, en cualquier situación en la que nos encontremos. No nos engañemos: quien sigue a Jesús Maestro tarde o temprano encuentra dificultades, tal vez persecuciones, pero Dios nunca nos abandona. Nos pide, sin embargo, que seamos “prudentes como serpientes y sencillos como palomas”. Éste fue el caso de la venerable Madre María Escolástica Rivata, cuyo 127° aniversario hoy recordamos. Agradecemos al Divino Maestro por haberla dado a nuestra Congregación y a la Iglesia y oramos para que pronto sea reconocida su santidad de vida.
Escuchamos su voz:
D: Y perdón por una cosa más… ¿Usted siempre ha sido feliz?
R: Siempre. Siempre, siempre siempre.
P: ¿Incluso cuando hubo dificultades?
R: ¡Ha habido algunas dificultades que sólo el Señor sabe! Pasé por momentos de angustia que sólo la gracia de Dios pudo ayudarme a superar. Pero [yo] nunca dudé ni por un momento de mi vocación. [Yo] nunca he estado indecisa ni por un momento para decir: ¿continuar? ¿Seguir adelante? ¡Nunca! Dije, y así será. Aunque debiera morir por mi vocación, ¡no me importa nada! He entregado mi vida al Señor y éste, el Señor, me dará la gracia de recibirla, de ser siempre toda suya.