SOR MA. ANSELMINA PERAZINNI
Sor Ma. Anselmina es una de las primeras Pías Discípulas, junto con Sor Ma. Lourdes Ramírez, que llega a Venezuela para iniciar nuestra presencia en esta tierra de gracia. Fue elegida por Madre Ma. Lucía Ricci y el Padre Santiago Alberione.
Tuve el honor de conocerla personalmente y entrevistarla, a mediados de octubre de 2012, en la Comunidad Timoteo Giaccardo, Vía Portuense, Roma. Cuando supo que era venezolana y que deseaba escuchar y grabar su testimonio para un trabajo histórico, en vista de la celebración de nuestros cincuenta años de presencia en Venezuela, se emocionó, sus ojos brillaron y una gran sonrisa llenó de vida su rostro. Mis oídos se deleitaron con sus anécdotas, que parecía revivir nuevamente.
Dejemos que sea ella misma quien nos cuente:
“Han pasado casi cincuenta años, pero guardo hermosos recuerdos de Venezuela, tierra de gracia. Tenía treinta y tres años cuando Madre Lucía Ricci, con el visto bueno de Padre Alberione, me solicitó ir a fundar una comunidad en tu país. Partí junto con sor Ma. Lourdes Ramírez, una joven juniora colombiana, desde el puerto de Nápoles, Italia, el 11 de junio de 1963, en el barco “Donizetti”, con el corazón lleno de esperanza y fe.
Luego de trece días de viaje marítimo, llegamos al puerto de La Guaira, y nos recibieron el Padre Angelo Vagnoni, Sacerdote Paulino y la Hermana María Graziana Lo Scialpo, Hija de San Pablo. Al llegar al Seminario, ubicado en El Hatillo, nos acogieron con mucha alegría los Sacerdotes, Discípulos y 13 jóvenes aspirantes. Ese mismo día, al atardecer, llega el padre Santiago Alberione, proveniente del Brasil y estuvo muy atento con nosotras, nos dijo de buscar vocaciones y un local para abrir un Centro de Apostolado Litúrgico. Mientras tanto, nuestra vida y misión la hacíamos en el Seminario de la Sociedad de San Pablo.
Seguimos adelante y el 02 de abril de 1964 alquilamos una casa para erigir nuestra primera comunidad. A mediados de año llegaron dos profesas de votos temporales: sor Ma. Juanita Bernal, (colombiana) y sor Ma. Margarita Ceballos (mexicana). Empiezan a llegar las primeras jóvenes con inquietud vocacional y con alegría iniciamos la adoración eucarística perpetua. En el año de 1965, siguiendo el mandato de Padre Alberione, abrimos el primer Centro de Apostolado Litúrgico, en el Pasaje “Las Gradillas”, en un pequeño local alquilado de la Mayordomía de la Catedral de Caracas, y el 09 de agosto de 1965, se firma la primera cuota de la compra de un terreno ubicado en El Hatillo, cerca del Seminario de los Padres Paulinos y de las Hijas de San Pablo.
A pesar de tener grandes dificultades y mucho trabajo, nos mantuvimos siempre confiadas en la providencia de Dios y en la promesa de Jesús Maestro: “No teman, Yo estoy con ustedes, desde aquí quiero iluminar. Tengan el dolor de los pecados y vivan en continua conversión.”
En el año de 1966, regresé a Italia, pero mi corazón siempre las acompaña. Disculpa que no recuerde muchas cosas, pero confío tu trabajo al Señor, y las recuerdo a todas en mi pobre oración”.
Sor María Anselmina, entre sus temblorosas manos, sacó varias de las fotografías de nuestra “primera hora” en Venezuela, que ya tenía preparadas para mostrarme, y su rostro se iluminaba con esa sonrisa de quien recuerda con amor y alegría, el haberse entregado al Señor.
Doy gracias a Jesús Maestro por darme la oportunidad de conocerla y entrevistarla. Su testimonio de entrega y fidelidad, enriquecen mi propia vocación de Pía Discípula.
Partió a la Casa del Padre, el 18 de noviembre de 2013, a la edad de 83 años.
(Sor María Lorena Perata)